Laguna
Paiva celebró, en el año del centenario
de la habilitación de la
estación
de trenes del ex
Ferrocarril
Gral. Belgrano de la que precisamente tomó
su nombre en 1967, al ser
declarada
ciudad, el 95° aniversario de la aprobación
de su traza por parte del gobernador Manuel Menchaca,
hecho que tuvo lugar el 5 de junio de 1913 como
resultado de gestiones iniciadas con ese fin por
parte de su fundador,
Reynaldo Cullen.
Desde entonces, y con el nombre de este último,
un nuevo centro urbano comenzó a crecer
en el territorio santafesino bajo el impulso de
la actividad ferroviaria que fue el eje de su
economía en el período
que va de 1908 a 1993, años que se asocian
con la apertura de la citada estación de
trenes y la privatización del ex Taller
de Reparación de Vagones, respectivamente.
Hitos
de su historia
Sus algo más de nueve décadas
de historia contienen importantes acontecimientos
que jalonan su tránsito por los siglos
XX y lo que va del XXI. Así, al afianzamiento
de los ferrocarriles con la construcción
del ramal Laguna
Paiva - Deán Funes, el
Depósito de Locomotoras, el Taller
de Vagones y Almacenes Generales, entre otras
dependencias, se fueron sumando otros logros representados
por el surgimiento de instituciones civiles, comercios
y emprendimientos varios que, a la par de ampliar
la prestación de servicios a la comunidad,
contribuyeron a aumentar la demanda de
mano de obra y el crecimiento poblacional.
Pero dentro de ese contexto temporal no fueron
pocos los desafíos que debieron enfrentar
sus habitantes, recordando dentro de los más
importantes la huelga
ferroviaria de 1961 y el cierre del ex Taller
de reparaciones de vagones como empresa estatal
en 1993, cuando paso a manos de ex empleados organizados
en lo que dio en llamarse Cooperativa de Trabajo
Industrial Laguna Paiva Limitada (Cotilpa). Tanto
una como otra situación provocaron un duro
impacto en su economía y
en su estructura demográfica,
generando en esta última una corriente
migratoria de jóvenes y adultos
en busca de nuevos horizontes y de fuentes de
trabajos en otros puntos del país, con
las consecuencias que ello supone.
No pocos hablaron, frente a ello, que esta localidad,
sede de la Fiesta
Nacional del Ferroviario y conocida a nivel
de país como Ciudad del Riel,
se convertiría en un pueblo fantasma. Sin
embargo, la realidad mostró lo contrario:
su población se mantuvo y, pese a verse
desplazada de la posición que ocupaba por
la cantidad de habitantes en el concierto de los
centros urbanos del Dpto. La Capital por la flamante
ciudad de Recreo, en la actualidad muestra
un importante legado dejado por los mayores y
usufructuados por quienes vivimos este presente.
Valga como ejemplos la superación de su
aislamiento vial por la pavimentación de
las rutas provinciales N° 4 que la conecta
con la nacional N° 11 y la N° 2 que la
une con la ciudad capital; la pavimentación
de sus calles y mejorado de otras; la automatización
del servicio telefónico y la provisión
de agua potable; el surgimiento de establecimientos
educacionales en sus distintos niveles y de
otros afectados a la atención de la salud
y a la promoción de actividades culturales
y de recreación.
Claro está que todo ello refleja el esfuerzo
de los que trabajaron por esa herencia que, en
oportunidad de este nuevo aniversario, invita
a sus habitantes a reflexionar y enriquecer la
misma con protagonismo y convicción para
alcanzar las metas que se fijen para esta ciudad.