A comienzos de
1960 los distintos medios de comunicación
del país daban cuenta del retraso salarial
que afectaba a los obreros del riel, como de los
paros dispuestos por los respectivos nucleamientos
gremiales ante la falta de solución a los
reclamos planteados.-
La crítica situación por la que
estaba atravesando el sector ferroviario en el
país se vió acompañada, localmente,
por una serie de hechos que despertaron en los
trabajadores, como en sus gremios en el Centro
de Defensa Comercial, una justificada y creciente
preocupación por el futuro de la principal
fuente de ingresos del pueblo Reynaldo Cullen.-
Esto último comenzó a manifestarse
en el mes de abril de 1961, con la decisión
de los obreros de los talleres ferroviarios de
negarse a cobrar el sueldo de marzo hasta tanto
la empresa no les abonara el retroactivo por jerarquización
de funciones convenido oportunamente.-
A esto le siguió, en el mes de julio,
el desarrilamiento de una tren de pasajeros en
las cercanías de la
estación Laguna Paiva, como
consecuencia de un atentado que sacudió
la tranquilidad de la población.-
En octubre de ese año el gobierno nacional
aplicó dos medidas de alto costo social
para la clase trabajadora, la primera fue la clausura
de los ramales Empalme San Carlos – Gálvez,
Gesrler – Coronda, Nelson – San Cristóbal
y Naré – San Javier. La restante
fue el despido de 171 trabajadores de los Talleres
del Ferrocarril
General Belgrano de esta localidad.-
El Centro de Defensa Comercial elevó
una nota al presidente de la Nación, (Dr.
Frondizi) para tratar de poner freno a las enormes
pérdidas que ocasionaba la desorganización
de los ferrocarriles. Le solicitaban al presidente
que no suprimiera el tráfico sobre Laguna
Paiva, ya que ello traería aparejado la
desaparición inmediata de esta localidad.-
Las gestiones realizadas por esta institución,
como las llevadas a cabo por las organizaciones
gremiales en sus correspondientes ámbitos,
no tuvieron el eco que esperaban. Fracasadas las
mismas, la anunciada paralización de actividades
se puso en marcha con el despertar del 30 de octubre,
fecha en la que más de 200 peones de obras
del taller local quedaron cesantes.-
Se declara entonces el paro por tiempo
indeterminado, se forman piquetes
de huega, asambleas de trabajadores y manifstaciones
populares que recorrieron las calles del pueblo
Reynaldo Cullen.-
A partir de entonces se suscitaron varias detenciones
de dirigentes sindicales y gremiales y enfrentamientos
con las fuerzas policiales. Se sumo a estos hechos
las decisión del gobierno del Dr. Arturo
Frondizi de ampliar la zona de requisa dispuesta
a todo el territorio nacional (buscaban
a los huelguistas y los obligaban a trabajar)
, esto llevó a que varios obreros y empleados
de los talleres se fueran de sus domicilios, buscando
refugio en casas de familiares o amigos, o bien
en sitios alejados del pueblo.-
Los días fueron pasando y los acontecimientos
alcanzaron su punto más conflictivo el
11 de noviembre, cuando obreros y familiares
impidieron el paso de un tren que, compuesto
por una locomotora diesel, 6 vagones y 2 furgones,
había partido de Santa Fe con rumbo a San
Cristóbal, poco antes del medio día
y con una dotación de 18 policías
y un total de 10 pasajeros, entre los cuales se
encontraba un menor.-
Al tomar conocimiento de ello, los ferroviarios
se congregaron en las inmediaciones de la estación,
en el paso a nivel y en otros lugares por donde
debía pasar el tren que arribó a
las 13:25 hs, a la estación siguiendo rumbo
norte unos 500 metros cuando fue interceptado
por unas 4000 personas, las que
enfrentadas con la policía arrojando todo
tipo de objetos y botellas con inflamables provocaron
el incendio del tren. La policía
apeló a las armas efectuando unos 500 disparos,
resultando heridos de bala los obreron Abel Gómez
y Orlando Oliva, domiciliados en Laguna Paiva.-
Esos hechos tomaron estado publico a nivel
nacional, a través de la televisión
estatal y medios gráficos como El Mundo,
La Nación y La Prensa.-
Los días fueron pasando y los meses de
octubre y noviembre quedaron atrás, en
el marco de una lucha que llegaría a su
fin en la noche del 10 de diciembre cuando, como
resultado de la intervención del cardenal
Antonio Caggiano, el gobierno llegó a un
acuerdo con los gremios que representaban a los
trabajadores del riel.-
La alegría y la esperanza por un futuro
mejor se fue adueñando de los locales sindicales,
de las calles y de los hogares de cientos de ferroviarios
que pronto verían, con un inocultable orgullo,
la llegada y el paso de vagones del Belgrano que,
procedentes de distintos puntos del país,
traían pintada la inscripción que
calaría muy hondo en los lugareños:
“VIVA PAIVA LA HEROICA!”