Laguna Paiva,
es una población que progresa en forma
realmente halagadora. Es un pueblo
eminentemente de labor, que alegra
con su bullicio aquellas calles y
aquel comercio; siempre frecuentadas
por gente de trabajo que se mueve
en todas direcciones llenándolo todo,
alegrándolo todo.
Aquello es una verdadera colmena
humana, pero sin zánganos, pues
mientras los hombres entran y salen
de los grandes talleres de los FF.CC.
del Estado, donde se dignifican
y enorgullecen con sus bellos ejemplos
de incansable labor, produciendo
constantemente obras de utilidad
para la empresa ferroviaria del
país; mientras ellos tranquilos
trabajan alegres y satisfechos identificados
con el rumoroso compás de las potentes
máquinas dominando el acero; esos
obreros no sienten las fatigas ni
el desgaste de sus fuerzas pensando
sin duda, que con ello, labran la
tranquilidad y el bienestar de sus
hogares haciéndolos dignos de todos
los respetos.
Y, mientras ellos, los obreros
de los talleres de Paiva, producen
con su férreo trabajo las alegrías
y los progresos de ese pueblo admirable,
sus padres y sus esposas viven entregados
a los quehaceres de sus hogares,
preparando a la vez a sus hijos
e instruyéndolos en los colegios
locales, para la ardua lucha del
mañana.
Un pueblo en la forma como lo hemos
visto ayer, es digno de alabanzas
y mas digno aún de que, los poderes
públicos los colmen de atenciones
escuchando sus pedidos y ayudándoles
a combatir las necesidades y los
obstáculos que se oponen a sus procesos.
El correo
de Paiva reclama mas personal.
Aquel gran centro de labor y cultura
habilitado por miles de almas, aguerridas
al trabajo no puede sin embargo
recibir los beneficios que tienen
el derecho de esperar de la oficina
de correos de la localidad.
No es que quisiéramos decir, que
ellos entraña la falta de atención
de su personal, por el contrario,
en esas oficinas viven completamente
agobiados de trabajo tanto su jefe,
señor Rosario Giarratana como el
telegrafista, el mensajero y un
cartero que es todo el personal
con que cuenta aquella oficina para
atender 44 trenes semanales que
llevan y recogen su correspondencia.
La importancia de esas oficinas
habrá quedado demostrada al decir
que, solamente en giros postales,
despacha algo más de 20.000 pesos
mensuales y que, las piezas de correspondencia,
se suman por millares.
Vanas promesas
de la Dirección General de Correos
Hace mucho tiempo, allá por el
mes de junio del año próximo pasado
a raíz de unas quejas que recogiéramos
de aquel vecindario, las que expusimos
es estas mismas columnas imprescindible,
para la buena marcha de estas oficinas,
se nos dijo, que la Dirección General,
había tomado debida nota y que había
dispuesto dotarla del aumento de
los empleados reclamados por sus
latentes necesidades y el desarrollo
siempre creciente de esas oficinas.
De aquellas disposiciones y de
aquellas promesas, no ha quedado
sino el recuerdo y el recrudecimiento
de las protestas de ese pueblo laborioso,
tan injustamente menospreciado.
Pueblo nuevo carece de
servicios postales
Es sabido que dentro del pueblo
de Paiva, se ha formado otro vecindario
llamado Pueblo Nuevo y, poblado
por algunos centenares de familias;
pues bien, todos esos habitantes
se hallan privados de esos servicios
postales, ya que, el correo local,
se encuentra en absoluto carente
de personal para atender a esos
pobladores, lo que significa el
más cruel de los abandonos, y la
más criticable de las injusticias.
"El Orden" llama la atención del
señor Jefe del 5to Distrito, entre
nosotros para que escuchándonos
recoja el justo pedimento de aquellos
habitantes de Pueblo Nuevo, dotándolos
a lo menos de una estafeta y procurando
por todos sus medios al alcance
el nombramiento del personal ya
ofrecido por la Dirección General
para las oficinas de Correos y Telégrafos
de Paiva.
Prometemos para mañana una foto
panorámica de una de las calles
de ese Pueblo Nuevo, por la que
el Sr. Jefe de Distrito podrá darse
exacta cuenta de la justicia que
entraña el pedido que por nuestro
intermedio hace aquel vecindario,
carente hasta hoy de los servicios
postales.
Ofrecemos también para mañana la
publicación de otra panorámica donde
nuestros lectores fácilmente apreciarán
el estado ruinoso del camino real
que une a Paiva con el vecino pueblo
de Nelson.
Ese camino en tal estado demostrará
la verdad de cuanto hemos venido
diciendo sobre el criminal abandono
de los poderes públicos para con
los pueblos del gran norte santafesino
y sin temor a que nadie nos desmienta
podemos asegurar, que no hay vehículo
que se atreva a cruzar el referido
camino que como decimos es punto
de unión de tan importantes poblaciones.