Cumpliendo con
lo que ayer dijéramos, damos
hoy las presentes notas gráficas
demostrativas del estado lamentable
en que hallan los caminos principales
de los pueblos del norte santafesino,
y damos también la nota panorámica
reveladora del abandono y los desprecios
que los poderes públicos sienten
por aquellos centros de labor y progreso
abandonados a su propia suerte.
La población de Laguna
Paiva, formada por elementos de
cultura y trabajo que son los que
en realidad dan vida al Estado santafecino,
sintiéndose oprimida en el
perímetro señalado
para el égido de su vecindario,
dilatándose más y
más cada día, bien
pronto tuvo que formar un centro
anexo de actividades que aquellos
pobladores llamaron “Pueblo
Nuevo” separado sólo
por las paralelas de acero de esos
ferrocarriles del Estado, que han
venido ahora a dividir al pueblo
obrero de Pava, en dos, pero que,
sumados, resulta uno solo que refleja
cultura, labor y progreso.
Los habitantes de Pueblo Nuevo
son algo así como extraños
propulsores de la vida industrial
que allí se respira, y del
movimiento y expansión de
aquellos grandes talleres de los
FFCC del Estado, centro de ardua
e inteligente labor donde se arman
los coches que circulan por las
líneas de la Nación,
y donde sufre toda clase de reparaciones
los materiales rodantes de esa gran
empresa del riel, netamente del
país.
La panorámica que exhibimos,
da una idea de los que es ese importante
centro de población formado
por centenares de familias de obreros,
que no han tenido la suerte de merecer
la más mínima atención
de pueblo, ni aún de la Dirección
General de Correos y telégrafos
de la Nación, ya que para
recibir o expedir su correspondencia
deben necesariamente ir hasta el
correo del pueblo de Paiva, sin
reparar en la inclemencia de los
crudos fríos del invierno
o los fuertes soles del verano,
o en los naturales y a veces insaludables
obstáculos de las fuertes
lluvias que imposibilitan por completo
las calles que deben atravesar,
para llegar hasta aquellas oficinas
a la espera o remisión de
una simple carta.
Es por todo ello que repetimos
hoy la llamada que ayer hiciéramos
al señor jefe del 5to Distrito
de Correos y Telégrafos de
esta ciudad, para recordarle que,
sin pérdida de tiempo, debe
arbitrar los medios y recursos necesarios
para el cese de las anomalías
que exteriorizamos. No pedimos sino
algo que en justicia debe concederse
a la población de Pueblo
Nuevo de Laguna Paiva.
Désele por lo menos una
estafeta que se encargue del recibo
y distribución de su correspondencia
y habrá el señor Jefe,
hecho una obra meritoria que arrancará
el aplauso de “EL ORDEN”
que la reclama para aquellos sufridos
vecindarios.
EL CAMINO REAL DE PAIVA
A NELSON
Solamente exponiendo, como lo
hacemos, la presente nota gráfica
del camino real de Paiva a Nelson,
podremos evidenciar todo el repudio
que sienten ambas poblaciones por
los poderes públicos que
los abandonan tan cruelmente a tan
inmerecida suerte.
Nelson y Paiva ligados entre si
por el comercio y relaciones de
toda índole mantenidas por
sus pobladores, no pueden, sin embargo,
estrechar la vida de esos vecindarios
debido a la falta de comunicaciones
fáciles, o caminos que como
el que comunicara el fotograbado,
podría trasponerse en sólo
treinta minutos de viaje en automóvil.
La falta o destrucción
de ese camino que nadie se anima
a atravesar, divide esos pueblos
alejando a sus pobladores que en
otras épocas convivían
y fraternizaban en su vida social
y comercial.
Aquello habitantes al referirnos
a la injusticia de que son víctimas
por parte de este gobierno indolente
y ajeno a la vida de los pueblos
que en mala hora lo eligieran, nos
hacían estas y otras preguntas
por el estilo: “¿dónde
están los millones de pesos
recaudados por el concepto del impuesto
de dos centavos por cada litro de
nafta, destinados al mejoramiento
de la vialidad”?
“¿Qué juicio
se forman los poderes públicos
de estos centros de labor que en
el silencio, y, apartados de las
grandes poblaciones, elaboramos
la riqueza del Estado, dando vida
a las industrias, fomentando el
comercio y roturando la tierra para
elaborar en síntesis el renombre
y la grandeza del país?”
“¿Porqué no
se distribuyen equitativamente esos
dineros recaudados para el mejoramiento
de la vialidad, enviando a estos
centros de labor y cultura los elementos
de ese llamado Departamento de Vialidad,
para que con sus equipos terraplene
el camino real que nos debiera comunicar
con los pueblos linderos de los
que hoy vivimos enteramente aislados?”
Ante estas preguntas que encierran
el más justiciero de los
reproches para los hombres de nuestro
gobierno, se nos ocurre a la vez
preguntar: “¿Qué
hacen esos representantes santafesinos
ante el Congreso de la Nación,
que no se acuerdan de los pueblos
que los eligieran pidiendo para
ellos ya que el gobierno provincial
los desampara, las obras tan necesarias
reclamadas para el desenvolvimiento
del progreso de esas zonas agrícolas
– ganaderas, y del comercio
y la industria que sufren las consecuencias
de tan inesperado abandono”.
El Sr. Gobernador Dr. Pédro
Gomez Cello aún está
a tiempo de hacer justicia. Escuche
el llamado de auxilio que le hacen
los pueblos de Laguna Paiva y Nelson,
y, ordene la reconstrucción
del camino real, que, como vera
en el fotograbado que reproducimos
se halla completamente destruido.
Hemos de volver sobre el particular.